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Siento como caigo, hay quien dice que tomará mi mano y me ayudará a levantarme si llego a derrumbarme. Con el tiempo no solo he aprendido a ser fuerte, ya no necesito esas manos que me ayudarán a ponerme en pie, puedo hacerlo yo sola; también he aprendido que habrá mucha gente que me ofrezca su ayuda pero que pocos serán sinceros. He aprendido a aguantar el dolor, a callar y tragar, a estar sola... pero he olvidado ser feliz.

Luz de luna.

La luz incide sobre mí,

ilumina mi rostro,

mis ojos,

mis manos.

La luz baña mi cuerpo,

prende fuego a mi corazón,

a mis labios,

a mi alma.

La luz de la luna,

que me mira desde arriba,

que cuida mis pasos,

y alienta mis esperanzas.

La luz de la luna,

que siempre se encuentra sola,

aun estando rodeada de estrellas,

ella es única y diferente.

La luz de la luna,

hermana y amante del sol,

dueña de mis pensamientos,

dueña de mi.

La luz de la luna,

su mirada eterna,

su brillo mágico,

su fuerza, ahora mía.